Desventajas del uso de un simulador
Es indudable que utilizar un simulador de bolsa puede tener muchas ventajas, pero también hemos de tener en cuenta que existen algunos inconvenientes, que vamos a comentar.
¡Qué fácil sería todo si tras haber pasado muchas horas practicando con simuladores nos convirtiéramos en expertos inversores!.
Imagínese a un alumno de una escuela de aeronáutica. Por muchas horas que practique con un simulador de vuelo, tendrá que ponerse a los mandos de un avión, en una cabina de verdad, y despegar del suelo para volar «de verdad». Esas horas de vuelo son las que verdaderamente le darán la experiencia necesaria para volar con seguridad.
En Bolsa ocurre algo muy parecido, los datos que nos pueda brindar una APP son simulados, y como tal debemos considerarlos.
Los simuladores de Bolsa son cada vez más sofisticados, que duda cabe, pero la mayoría de ellos no llegan a replicar con exactitud las características del mundo real, donde las operaciones de compra y de venta suceden de forma contínua, en tiempo real. Por el contrario, en el mundo virtual de los simuladores, el usuario se beneficia de un retraso de hasta 20 minutos, lo cual supone una ventaja significativa frente a las operaciones realizadas sin demoras.
Hay usuarios de aplicaciones de simulación de negociaciones bursátiles que llegan a creerse que son muy buenos. El conseguir resultados positivos en sus operaciones les hace creerse que dominan el Mercado, pero acumular miles de dólares en dinero virtual les da una falsa apariencia de seguridad que puede resultar muy dañina cuando se enfrenten a las situaciones reales que se producen en las Bolsas que no tienen nada de ficticio. Donde se puede ganar o perder dinero que es real. Y, por definición, en Bolsa ganan pocos y pierden muchos. Es como funciona.
Como en cualquier otro juego, no olvidemos que un simulador no deja de ser un juego, se asumen riesgos que sería muy delicado asumir al hacer operaciones con capital real. ¿Qué podemos perder? Es como empezar una partida nueva después de que se haya estrellado el coche que pilotábamos.
Poco a poco, se puede ir conformando una actitud demasiado agresiva en el comportamiento del inversor. Hacer uso del apalancamiento, por ejemplo, o realizar ventas al descubierto, por citar un par de ellas. Cuando lo virtual se desvirtualice puede ser complicado volver a una actitud más moderada.
El mundo de la inversión en acciones cotizadas es complejo, y gran parte de los simuladores no contempla ciertos factores que son fundamentales en la vida real. Antes de empezar a «volar» en los mercados es imprescindible que el inversor defina con claridad cuáles son los objetivos de su inversión y en cuanto tiempo pensamos alcanzarlos. Cuál va a ser el impacto fiscal de sus operaciones, y de que forma va a diversificar. No olvidemos la antigua máxima de no poner todos los huevos en la misma cesta.